Anoche me desveló, fue cuento que no me durmió, se apoderó de mi
sueño, jugó con él, Intento ser la protagonista pero mi cordura la rechazaba.
Así fue toda la noche, no sabía de dónde encontraba fuerzas para
seguir esta lucha que parecía eterna. No temo en decir que fue así como morí en
su vida.
Consiguió que me exaltara con tan mínimas palabras, minúsculos
fragmentos de sus labios, que pudiera derrotar a todo el Olimpo si ella
quisiese. Para mi mala suerte, su único objetivo era mi valentía.
Sentí llorar, sentí explotar mi último cúmulo de felicidad. No
bastaba conocer más, si conocía su sonrisa. No me era necesario sentir más, si
ya la mantenía viva por mis venas. No quería desear nada más, si ya imaginaba
sus labios con los míos dibujando las más bellas siluetas, las mismas que solo
se podían comparar con su cuerpo.
Sentí tanto en tan poco, era demasiado y no sabía si podría con
esta aventura. Traté de mantenerla estable, trate de mantenerme igual, pero
nuestros constantes juegos de miradas no daban por seguro que la tierra
aguantase. Ella lo sabía, pase lo que pase la iba a sostener.
Pero sabía que no todo podía ser tan bello, quizás su velo rojo me cegó por un momento. En fin sabia que la vida es así, la vida te da todo de golpe, luego te lo quita haciéndote sentir culpable. Comprendí que ella no era de nadie.
Me dejo en la mitad del destino, no me dijo porque. Fue cobarde,
lo sé Aprovecho la ausencia de mi voz para llenarla con la suya, y justo cuando
estaba tan acostumbrado, se dejo ir a donde el mundo la llevase.
Cabizbajo, intentaba buscar el corazón que lo tenía atado al puño,
puede que una sonrisa suya haya provocado que lo soltase. No lo logré
encontrarlo en ese momento, por más rincón que se me cruzase en el camino,
nunca lo encontré. Parece que lo evaporo en su último suspiro.
Confieso que en ese instante quise que su voz regrese, quise que
desaparezca su sombra que no dejaba de pasear por mi alcoba. Aunque no debía
pedirle mucho ya que me sostuvo, entre sus vientos, pero me sostuvo; no debió
partir, dejando como único recuerdo las mil y un platicas que mantuvimos vivas
por largas horas.
Tal vez me dormí sin darme cuenta, tal vez soñé despierto sin
aferrarme a la realidad. Tal vez lo viví o tal vez imagine viviendo; nunca lo
sabré. Lo único que sé, que, tal como la vi, ya sea en sueños o en otras
realidades; ella estaba ahí, sentada, peleando en silencio contra el mundo.
ELLA ES REAL
Eso calmo el corazón acelerado que por fin lo había encontrado y
lo tenía ella, dispuesta a entregármelo a cambio de un "Hola"...
NeoMax
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