Remover mi pasado es volver al
momento aquel donde parte la historia de un corazón abatido de la realidad, esa
que solo la cuento en una noche bohemia como está y atentos amigos míos porque
puede que la copa distorsione la exactitud de los hechos pero creo que eso lo
hará más entretenido
Casualmente esa noche también se sentía
un olor bohemio; pero antes de que descubriera la fortaleza en un vaso como el
que hoy sostengo, llegue a buscar el fortalecimiento de mi alma bamboleante en
un café de Buenos Aires. Era beneficioso para mí ya que era el lugar perfecto
para relajar las tensiones y colgar mis problemas en el tendedero imaginario de
la puerta, así podría terminar de revisar el primer boceto de mi libro.
Esa noche, Dios no tuvo capricho alguno para el clima, el ambiente era perfecto para entrar en calma con el mundo.
Esa noche, Dios no tuvo capricho alguno para el clima, el ambiente era perfecto para entrar en calma con el mundo.
Todo era idea y exacto a lo que
yo buscaba; pero sin aviso alguno, el viento expulso la brisa más fría que pudo
ejecutar en mi rostro proveniente de la puerta.
Entro en la misma cafetería donde
casualmente me llevo a parar el destino, mi cruel destino. Deje mi café, mi
libro, mi atención, mi respiración y mi cordura. Apenas podía mantener el alma
a mi cuerpo y es que sentí contemplar el cielo en frente mío, justo cuando ella
caminaba hacia el mostrador.
Te entregaron tu pedido, decidió sentarse en la mesa que estaba al lado de la mía. Maldije la vida por primera vez
Te entregaron tu pedido, decidió sentarse en la mesa que estaba al lado de la mía. Maldije la vida por primera vez
Ahora el reto era disimular sin
dejar de contemplar lo que perfectamente ejemplificaría la belleza. Aunque
trate de que la respiración no me juegue una mala pasada, lo hizo y me notaste
tenso, sudando y agitado, llegando a tener el atrevimiento de romper el juego
de miradas que manteníamos hace media hora diciéndome:
-¿Disculpe amigo, se siente bien?
Lo noto pálido y agitado.
-Oh vaya, parece que el clima Argentino me juega la cruel broma de concebirme un resfriado, solo eso, pero gracias por su atención-Respondí con toda la calma que pude encontrar en mi cuerpo
-Oh vaya, parece que el clima Argentino me juega la cruel broma de concebirme un resfriado, solo eso, pero gracias por su atención-Respondí con toda la calma que pude encontrar en mi cuerpo
-De nada. ¿Pero es que acaso un
citadino como usted no se acostumbra a las bajas temperaturas que tiene la
ciudad de Buenos Aires?
-Pues comprenda usted que no soy
citadino de esta hermosa ciudad, mucho menos soy natural de este país, yo
provengo de la ciudad de la Libertad, ubicada en Perú.
-Comprendo, pues nada, espero que
su estancia se lo mejor posible, a esta ciudad nunca se le olvida, siempre tendrá
su toque mágico y misterioso.
-Créame que en estos momentos me
estoy dando cuenta de esto-le dispare la indirecta menos discreta e inteligente
que se me ocurrió.
-Jajaja, discúlpeme-Capto rápidamente
la indirecta-pero dígame usted, ¿Qué está haciendo en Argentina?
-Es aquí donde voy a publicar mi
primer libro, en la mañana tuve una reunión con la editorial y en estos
momentos doy un pequeño vistazo a lo que sería el libro.
-Vaya, me tope con un escritor, ¿Puedo ver su primera obra?
-Vaya, me tope con un escritor, ¿Puedo ver su primera obra?
Es en ese momento cuando se
levanta de su asiento para dirigirse al asiento que estaba al lado mío, el cual
pensaba que iba a permanecer vacío toda la noche. Además esa estabilidad que había
conseguido durante la conversación, empezaba a desmoronarse cada vez que se
acercaba más a mí.
-Ehhm sí claro, toma.-Le entregue
mis primeros manuscritos
-Mmmmm, pues tienes bonita letra
y puede notarse la pasión que tienes y también que tu estilo está bien plantado en
cada verso que voy leyendo.
-Muchas gracias, se hace lo que se puede.
-Muchas gracias, se hace lo que se puede.
-Me gusta mucho este: “Porque no
te encontré aunque nunca te perdí, porque no fui y jamás seré, porque me
acostumbre al frió rechazando tu calor, porque abrasé mi soledad cuando tu
recuerdo me atacaba, porque morí el día que reviviste el poco amor que tenía
para ti.”- lo leyó con una voz tan firme pero a la vez tan angelical que
me dejo sorprendido.
-Gracias, pero aún no está
terminado y mi alma me dice que aún no consigo la perfección que busco
-Es muy hermoso lo que escribes,
pero noto que aún no tiene título, ¿Por qué?
-Considero que el título se
colocará cuando el libro termine y tiene que ser perfecto, tiene que llamar la
atención para que se venda, por ahora lo primordial es terminarlo.-Le arrebaté
mi “seudo-libro” con delicadeza.
-Bueno en ese caso, lo dejó
trabajar plenamente y no le causo más distracciones.
-Disculpe, no fue la manera de
tratarla.-Noté su enojo golpeándome el orgullo.
-No tiene porque disculparse
-No tiene porque disculparse
En el momento que salió dejó mi
mesa, ella tropezó dejando caer su cartera.
Como todo “caballero” y como señal de pedir disculpas, me acerqué hacia ella a nivel del suelo para ayudarla a recoger todas sus pertenencias. Sorpresa fue la mía al encontrar objetos que me parecían poco inusuales.
Encontré 3 paquetes de condones junto a una “tarjeta de recomendación” para servicios sexuales además de su agenda abierta señalando las 22 horas el inicio de su jornada laboral en un Night Club.
Atónito y con la mirada difusa, ella aprovecho en arrancar de sus manos sus objetos personales mientras en lágrimas me decía:
Como todo “caballero” y como señal de pedir disculpas, me acerqué hacia ella a nivel del suelo para ayudarla a recoger todas sus pertenencias. Sorpresa fue la mía al encontrar objetos que me parecían poco inusuales.
Encontré 3 paquetes de condones junto a una “tarjeta de recomendación” para servicios sexuales además de su agenda abierta señalando las 22 horas el inicio de su jornada laboral en un Night Club.
Atónito y con la mirada difusa, ella aprovecho en arrancar de sus manos sus objetos personales mientras en lágrimas me decía:
-Discúlpame por el mal rato,
todos tienen sus juicios y no te culpo, adiós.
Sonó la campanilla de la puerta del establecimiento, indicando que se había marchado
Sonó la campanilla de la puerta del establecimiento, indicando que se había marchado
La campanilla me sirvió como señal
de alerta, volví en mí. Tome mi libro, mi bolsa y salí raudamente a por ella, parecía
una locura pero mi curiosidad se apodero de este pobre cuerpo
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